Persiste el desacuerdo entre Junts per Catalunya y Esquerra Republicana con relación a los diputados suspendidos. Un conflicto que mantiene el Parlamento sin sesiones plenarias desde antes de las vacaciones de verano.
Para intentar resolver la crisis, según publica hoy Nació Digital, altos dirigentes de los grupos del Gobierno se han desplazado al centro penitenciario de Lledoners para mirar de encontrar una solución de consenso para resolver la suspensión decretada por el juez Pablo Llarena desde el Tribunal Supremo.
En estos encuentros han participado, entre otros, el presidente del Parlamento, Roger Torrent, el presidente del grupo de ERC, Sergi Sabrià, y miembros de la dirección de JxCat, en permanente contacto con Waterloo, y los diputados encarcelados. De momento no se alcanzado ningún acuerdo.
Encima la mesa hay la necesidad de llegar a un acuerdo antes del 2 de octubre, fecha de inicio del debate de política general. El Gobierno no contempla la posibilidad de un aplazamiento por falta de acuerdo, y las negociaciones se han acelerado.
El desacuerdo entre los dos grupos mayoritarios del independentismo se hizo evidente en julio. En aquel momento, según fuentes de la negociación, JxCat estaba dispuesta a aceptar la renuncia de sus diputados con la excepción de Carles Puigdemont, pero los republicanos querían la misma solución para todos.
El expresidente ha advertido este miércoles desde Bruselas que "no hay ninguna sentencia" que les obligue a dejar el escaño. En este sentido ha remarcado que será el Parlamento quien decidirá si tiene que dejar o no el escaño pero se ha mostrado "absolutamente convencido" que la cámara protegerá a sus miembros.
