Resucitan fantasmas del Palau

Un sector del PDECat quiere dar la organización del congreso a empresas condenadas
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Para la segunda quincena del mes de julio está prevista la celebración de un congreso ordinario del PDECat, el partido que, al menos en teoría, ha nacido para disociar su tejido militante de la antigua Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), especialmente de sus pecados de financiación ilegal y de su protagonismo en casos como el del Palau, ya sentenciado, y el del 3% o de los abusos de la familia Pujol, tantos años líder supremo de la formación.

Esta voluntad de ruptura con el pasado, pero, topa con viejas costumbres desde determinados sectores que todavía dominan el aparato, como los que han dado instrucciones de dejar en manos de Stereo Rent i Hispart toda la logística del congreso. Ambas sociedades salieron muy mal paradas del caso Palau, donde su administrador, Juan Manuel Parra González, resultó condenado por falsedad documental.

Los investigadores determinaron que pagos del Palau a Hispart-Stereo Rent de 825.000 euros entre 2004 y 2008 por servicios audiovisuales no pudieron ser justificados, y entraron a formar parte de la estructura de financiación ilegal de CDC destapada durante la instrucción y sentenciada recientemente. Las empresas de Juan Manuel Parra habían sido proveedoras regulares en campañas electorales de CDC, además de organizar actas para la ya disuelta Fundación Trias Fargas.

Para los renovadores del PDECat, este tipo de situaciones se contemplan con desaliento, sorpresa y desaprobación. La decisión de contar con el condenado Juan Manuel Parra y sus empresas para la organización del congreso, salvo que se produzca un giro de última hora, ha sembrado dudas, y por supuesto -apuntan fuentes del partido- no ayudan a mejorar la imagen de una evolución hacia un partido que apuesta por la transparencia y el compromiso de renuncia a cometer los mismos errores que CDC.

De poco sirve que también la Assemblea Nacional de Catalunya (ANC) haya contado con los servicios de estas empresas. Lo que verdaderamente lamentan los que se han sentido molestos por esta repetición de la jugada, demostración del inmovilismo dentro de los rincones más rancios del aparato heredado de CDC, es percibir tan de cerca el peligro de una pauta conocida en actuaciones de contratación con riesgo.

Ante la comisión de investigación del Parlament, cuando Juan Manuel Parra pudo dar explicaciones o defender su actuación, se negó como el resto de los proveedores del Palau de la Música a responder las preguntas de los diputados y se limitó a leer un comunicado vacuo donde se sacudia las pulgas.

¿Qué responderán los responsables de organización si alguien de los asistentes al congreso pregunta por qué dos empresas y su administrador condenados por la financiación ilegal de CDC siguen hoy siendo elegidos a dedo por el PDECat? No es alentador ni un síntoma de buenos hábitos de conducta que se asocie la actual cúpula del partido, discutida en este momento o cuando menos enfrentada a partidarios de una profunda renovación, con una política de contrataciones que se pueda considerar, si no sospechosa, sí bastante imprudente para restarle confianza de cara a los congresistas.

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