El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha denunciado un empresario malagueño que comercializa productos porcinos, vinos y quesos por haber registrado la marca Pig Demont.
Según ha explicado Jaume Alonso-Cuevillas, abogado del ex-presidente, impugnaron ante la Oficina Española de Patentes y Marcas la denominación y el logo. Asegura que se ha suspendido el uso de la marca después de que la impugnación fuera estimada, pero el logo y la marca siguen presentes en Internet.
El abogado de Puigdemont ha manifestado en TV3 que se trata de una ofensa y que Pig Demont explota las similitudes fonéticas con el apellido del ex-presidente. También ha indicado que perseguirán «cualquier tipo de ofensa, vejación o burla» contra Puigdemont. Preguntado sobre qué delito ha podido cometer el empresario, el letrado ha respondido que si diera su opinión posiblemente cometería él mismo un delito.
En una entrevista concedida a la COPE, el empresario que registró Pig Demont ha dicho que no ha querido reflejar la imagen de Puigdemont, que su pretensión era poner por nombre «cerdo de monte» y, si bien dice que se trata de «un proyecto serio desde el humor», niega toda intención de molestar a nadie.
Ha añadido, eso sí, que si Puigdemont se ve reflejado en «la caricatura de un porcino (…) quizás es más problema de él que mío». «Este proyecto nace del sentimiento y del orgullo de ser andaluces y españoles», explica en la web de Pig Demont, que también comercializa un vino espumoso llamado Rufián, como el diputado de ERC, con la descripción «variedad Charnego».
Apoyo al sector porcino
El ex-presidente Puigdemont, por su parte, expresó su apoyo al potente sector porcino catalán. En particular, participó en febrero por videoconferencia en la inauguración de la última edición de Fiporc, un evento organizado en Riudellots de la Selva por su amigo Josep Maria Matamala, uno de sus acompañantes en sus viajes por Europa.
Puigdemont alabó al sector, causante de un gran impacto medioambiental, destacando su competitividad, si bien esta se ha fortalecido gracias la precarización de las condiciones laborales. En concreto, por el fenómeno de las falsas cooperativas, que se ha intentado combatir con un cambio de la ley catalana de cooperativas aprobado por el Parlamento catalán durante el mandato de Puigdemont. A la vez, el Observatorio Socioeconómico de Osona alertó sobre los bajos salarios, las falsas cooperativas y la concentración y la dependencia del sector agroalimentario en esta comarca.
