Ciutadans (Cs) e Inés Arrimadas ganaron el 21-D. Para ellos fue un hito histórico. Pero cómo que ganaron a base de fagocitar los posibles socios, no han podido ?ni quedarse cerca? sumar suficientes escaños para formar un ejecutivo e investir Arrimadas presidenta. Cómo que, a pesar de haber sido primera fuerza de las elecciones, el protagonismo lo continúan teniendo los independentistas y la atención se centra principalmente en ellos, alguien a Cs pensó que a la desesperada e intentando captar portadas y titulares como fuera, podrían hacer ver que su victoria los ha servido de algo.
Pero la desesperación nunca es buena. Y a Ciutadans están tan perdidos que van de error en error y de iniciativa fallada en iniciativa fallada. Primero intentaron convocar un pleno extraordinario para lucirse sin presentar ninguna resolución, y el resto de partidos los pasaron la mano por la cara presentando propuestas y forzando Cs a plantear una a correcuita y sin mucho contenido. Después anunciaron con bombo y platillo un recurso al TC de la admisión a trámite de una resolución que no se aguantaba en ninguna parte. Tanto, que ni Cs supo explicar en rueda de prensa los motivos del recurso. Y ahora han intentado forzar una comparecencia extraordinaria del presidente del Parlamento, Roger Torrent, ante el pleno, una figura que no es al reglamento y que no tiene ningún sentido impulsar porque se puede tumbar por un simple defecto de forma. Quo vadis, ganador del 21-D?
