La renuncia de Carles Puigdemont a postularse para la investidura como presidente de la Generalitat ha abierto un nuevo capítulo en el largo enfrentamiento soterrado que mantienen CDC (transmutada en PDECat y, después, en Junts x Catalunya) y ERC por la hegemonía en el espacio nacionalista/independentista. La propuesta hecha por Carles Puigdemont de nombrar a Jordi Sànchez, interno en la prisión de Soto de Real, como próximo presidente de la Generalitat ha sido contraprogramada horas después por ERC por boca de su portavoz, Sergi Sebriá, que ha defendido a Oriol Junqueras, prisionero en Estremera, como sucesor, por línea hereditaria, de la fallida candidatura de Carles Puigdemont.
Esto ha desatado una tormenta en twitter, donde partidarios de Carles Puigdemont-Jordi Sànchez y seguidores de Oriol Junqueras se han intercambiado todo tipo de reproches. El colofón de esta escalada de tensiones lo ha puesto Agustí Colomines, ex-director de la fundación CatDem (involucrada en la financiación ilegal de CDC a través del Palau de la Música). En un artículo publicado en el digital El Nacional, que dirige José Antich, Agustí Colomines –uno de los consejeros de cabecera del ex-presidente de la Generalitat residente en Bruselas- ha acusado directamente a ERC de «traición» por no apoyar a la candidatura de Jordi Sànchez.
En esta columna, Agustí Colomines destaca el «tête à tête» que mantuvieron en el Parlamento, el pasado jueves, la secretaria general de ERC, Marta Rovira, y el líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, denunciando que hay una conspiración en marcha entre ambos partidos para marginar a Carles Puigdemont-Jordi Sànchez y convocar nuevas elecciones. La «guerra civil» en el independentismo está servida. Para referirse a ERC, Agustí Colomines utiliza una frase del fabulista latino Fedro: «Las adulaciones de un hombre malo encubren siempre una traición». Hay ambiente…
