Si algo ha suscitado consenso político en Cataluña desde la recuperación de la democracia es mantener las instituciones y los topónimos en catalán. Por normalización, por justicia y porque es como realmente la gente los conoce aquí.
Pero, a veces, los que más radicalmente han defendido esto, venden su principio para querer gustar a quien hay al otro lado. Es el caso de Joan Ridao, exdiputado y exsecretario general de ERC y ahora uno de los letrados del Parlament.
En el último documento que ha tenido que hacer y firmar para la cámara, las alegaciones al Constitucional por el recurso del gobierno español a la investidura de Carles Puigdemont, Ridao no tiene ningún inconveniente al denominar en múltiples ocasiones «Generalidad» a la Generalitat y «Cataluña» a Cataluña. Seguro que desde ERC él mismo habría criticado de manera vehemente que se hubiera hecho así.