La declaración de los destituidos consejeros de la Generalitat, con Oriol Junqueras al frente, en la Audiencia Nacional fue una imagen que quedará en la retina de muchos catalanes y españoles. Y es que en episodios como este, la imagen es un elemento importante. Oriol Junqueras quiso llegar el primero a declarar ante la juez, dejando claro que pretendía dar la cara por todos. El resto de consejeros llegaron juntos para intentar demostrar unidad entre ellos. Y Santi Vila llegó el último, solo y entre el silencio de los compañeros de partido que habían animado con gritos y consignas a los otros consejeros destituidos. Y en medio de toda esta escena, un elemento común en todos los ya ex-consejeros del Gobierno. Todos, desde Junqueras hasta Vila, acudieron con la insignia oficial de consejero en el pecho. Todos llevaban en la solapa el pequeño escudo de la Generalitat que sólo lucen los consejeros. Aparentando que ostentan el cargo incluso estando cesados o habiendo dimitido.
