El mundo echa de menos Puigdemont

Algo pasa al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. Con el proceso de independencia colgando de un hilo, los partidos soberanistas presionándolo, y el Estado asediando por todos lados, estuvo la semana pasada tan desaparecido que la prensa extranjera que habita estos días en Barcelona y los corresponsales extranjeros no entendían nada. Los periodistas catalanes quizás ya están acostumbrados -como los de todo el Estado- a que un político cuando ve problemas, lo primero que hace es esconderse. Pero fuera de nuestras fronteras, no entienden como alguien como Puigdemont, con la que ha montado y la que le están haciendo, no está día sí y día también haciendo ruedas de prensa, actos y comparecencias públicas para explicarse y hacer valer su posición. De hecho, el momento más llamativo fue cuando los líderes de la ANC y Òmnium, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart fueron encarcelados en Madrid. No sólo no salió en rueda de prensa al día siguiente sino que ni siquiera se le vio en la concentración con velas que se organizó para pedir su liberación. «¿Está enfermo? O ya se ha exiliado«, llegó a preguntar un periodista portugués.