El Júnior agrava su situación penitenciaria

La dirección del centro lo sanciona con 60 días sin recreo por traficar indebidamente con tarjetas telefónicas con otros reclusos
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El hijo primogénito del ex-presidente de la Generalitat es el prisionero más veterano del grupo de catalanes de Soto del Real. ingresó el pasado 25 de abril, después de que el magistrado José de la Mata, titular del juzgado n. 5 de la Audiencia Nacional, hiciera suya la petición de la Fiscalía Anticorrupción ante las evidencias que el Júnior evadió 29,9 millones de euros estando ya bajo investigación judicial. Por lo tanto, esta semana hace seis meses que está internado en este centro penitenciario donde, posteriormente, también han ido a parar Sandro Rosell, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart.

De hecho, Jordi Pujol Ferrusola podría haber salido ya hace tiempo de la prisión. Sus abogados, Cristóbal Martillo y Albert Carrillo, presentaron un recurso contra el auto de prisión del juez José de la Mata y, el pasado 30 de junio, la sala tercera penal de la Audiencia Nacional lo estimó parcialmente y decretó la libertad del Júnior bajo fianza de 3 millones de euros.

En principio parecía que no tendría que ser difícil que el hijo primogénito de Jordi Pujol pudiera conseguir la libertad. Obviamente, ni él ni su ex-mujer, Mercè Gironès, ni ningún miembro de su familia podían hacer el gesto de depositar estos 3 millones, que tienen que ser cash. De cara a las autoridades españolas, los Pujol aseguran que «no tienen ni cinco» y, por lo tanto, sería incongruente que aportaran esta fuerte suma de dinero que, de manera inmediata, la Fiscalía y la UDEF querrían saber de dónde ha salido y se pondrían a seguir el rastro.

Pero en sus mil y una aventuras como comisionista y hombre de negocios, Jordi Pujol Ferrusola se ha relacionado con importantes fortunas que, sin ningún problema, podrían desembolsar estos 3 millones que le permitirían salir de la prisión. Sin ir más lejos, su consuegro, el empresario mexicano Javier García de Quevedo, una de las personas más ricas de este país americano, podría haber hecho el gesto de pagar la fianza sin ningún tipo de dificultad. También la familia mexicana Domínguez, con quién Júnior hizo importantes operaciones de blanqueo en Andorra, habría podido ayudarlo en este trance.

Hay importantes empresarios catalanes que, si el ex-presidente de la Generalitat se lo hubiera pedido, se habrían mojado con la fianza de su hijo. Pero, de manera sorpresiva, parece que Jordi Pujol Ferrusola prefiere continuar en la prisión de Soto del Real que salir. ¿Con qué finalidad? ¿Quiere transformar su causa penal, relacionada con el tráfico de influencias y la evasión fiscal, en un procedimiento político y transformarse en un mártir de la independencia? ¿Tiene miedo de salir al exterior porque hay algún ex-socio muy incordiado que le espera para pasar cuentas?

PILLADO ‘IN FRAGANTI’

En todo caso, mientras nadie deposite los 3 millones de euros de la fianza, continúa en prisión, donde, después de medio año, parece que ya se mueve como pez en el agua. Sólo así se entiende que haya ideado un sistema para comunicarse con el exterior sin pasar por los filtros y controles que impone la dirección de Soto del Real. El problema es que lo han acabado pillando y lo han castigado.

El Júnior organizó un mercado negro para negociar la cuota de diez llamadas semanales a las cuales tienen derecho los internos, a cambio de compensaciones con tarjetas telefónicas. En un mismo día, el pasado 7 de agosto, los funcionarios de la prisión lo sorprendieron en dos ocasiones mientras telefoneaba usando los códigos de otros reclusos, hecho que está totalmente prohibido en el régimen interno del centro penitenciario.

Por eso, la comisión disciplinaria de Soto del Real le ha impuesto, por estas dos faltas graves, una sanción de 60 días, durante los cuales Jordi Pujol Ferrusola no podrá participar en las actividades culturales y deportivas de la prisión.

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