Cataluña ha vivido hoy una cacerolada multitudinaria en protesta por la decisión de la jueza de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, de decretar el ingreso en prisión preventiva y sin fianza de los presidentes de la ANC y Òmnium, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart. En varios puntos de la geografía catalana se han escuchado sonoras protestas como muestra de rechazo a la sentencia judicial, que hace responsables a Sànchez y Cuixart de las concentraciones ante la consejería de Economía los pasados 20 y 21 de septiembre.
ANC y Òmnium han convocado para mañana martes una parada de protesta ante los centros de trabajo a las 12 horas del mediodía y una concentración silenciosa a las 19 horas ante las delegaciones del gobierno español en Barcelona, Girona, Lleida y Tarragona de manera «pacífica y democrática».
Las reacciones al encarcelamiento no se han hecho esperar. El presidente Carles Puigdemont tilda de «muy mala noticia» la interlocutoria. «Pretenden encarcelar ideas, pero nos hacen más fuerte la necesidad de libertad».
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se ha mostrado en términos similares: «Rechazo frontal en la prisión preventiva para convocar una manifestación pacífica».
Por otro lado, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, considera «desproporcionada» la decisión de la magistrada.
En términos muy diferentes se ha pronunciado el líder del PPC, Xavier García Albiol, que ha subrayado que «el Estado de derecho acaba poniendo a cada uno a su lugar».
Los dos líderes independentistas habían preparado vídeos con proclamas a la serenidad, calculando que el encarcelamiento era posible. Sànchez y Cuixart han ingresado ya a la prisión de Soto de Real.
