¿Qué ‘movidas’ hay en los diarios de Barcelona?

quico salles tv3 tricorni
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En vigilias de la supuesta declaración unilateral de independencia (DUI), los nervios han hecho acto de presencia en todos los estamentos de la sociedad catalana. Uno de los más afectados por la crispación que se palpa en el ambiente es el de los medios de comunicación, donde la brecha entre independentistas y no independentistas es cada vez más profunda.

La Vanguardia, que hasta ahora ha navegado entre dos aguas, ha basculado en las últimas horas hacia el bando anti-independentista. Los 16,5 millones anuales que, de media, le aporta la Generalitat –camuflados bajo diferentes conceptos- se tambalean, después de la intervención de las cuentas de la administración catalana ejecutada por el ministro Cristóbal Montoro.

Además, el conde de Godó, no lo olvidemos, es Grande de España y la contundente intervención del rey Felipe VI en la crisis catalana le ha forzado a tomar las riendas de la situación. En las tres patas mediáticas estratégicas que tiene el Grupo Godó –’La Vanguardia’ en papel, La Vanguardia digital y la emisora RAC1- se ha detectado este viraje.

En este contexto se enmarca la salida del periodista hiperventilado Quico Sallés de la redacción del digital de La Vanguardia, a la que llegó de la mano del director de este medio, Jordi Juan, y del hijo del conde de Godó, Carlos, que mantiene un largo y conflictivo pulso con su padre por la línea editorial del grupo. Carlos Godó, que no quiere perder las generosas ayudas de la Generalitat, ha dejado que la edición digital de La Vanguardia, que él controla, se haya convertido en un portavoz del independentismo más agresivo.

Ahora, esto se ha acabado. Las excentricidades de Quico Sallés –que llegó a salir disfrazado con un tricornio de la Guardia Civil en TV3- habían provocado un enorme enojo a la Moncloa y así se le hizo saber al conde de Godó, que ha forzado su salida fulminante de La Vanguardia. La próxima semana se incorporará al diario digital El Món, dirigido por Salvador Cot, y editado por Ramon Grau (propietario del gratuito Tot Sant Cugat), de la órbita convergente, sector Mercè Conesa.

La voz de RAC1, Jordi Basté, también se ha cambiado dechaqueta. En su «delantal» del pasado jueves, proclamó su oposición frontal a la DUI que quiere implementar el presidente Carles Puigdemont.

En este mismo sentido hay que interpretar la salida de los columnistas Joan B. Culla y Francesc Serés de la edición en Cataluña del diario El País. Ambos eran la cuota nacionalista que pagaba, desde hace años, el diario madrileño y que viene de los tiempos en que la relación entre Jordi Pujol y Jesús Polanco (el histórico presidente de El País) era, fuera de los focos, de lo más fluida, con un intercambio constante de favores mutuos. No debemos olvidar que Oleguer Pujol encabezó una operación para salvar del naufragio las finanzas del Grupo Prisa, con la compra de sus activos inmobiliarios en 2008.

El diario Ara, que preside Ferran Rodés, ha anunciado que incorporará a estos dos columnistas expulsados de El País en sus páginas. Ferran Rodés hizo un importante pelotazo con la privatización de la empresa pública ATLL decidida por Artur Mas en 2012. Los beneficios que, anualmente, le reporta su participación en esta empresa le compensan ampliamente el coste de mantener el diario independentista.

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