24 horas después del contundente discurso del rey Felip VI, el presidente Carles Puigdemont, le daba réplica: «Así, no». El presidente aludía directamente al Rey para criticar que este «hace suyo el discurso y las políticas del Gobierno de Rajoy, que han sido catastróficas para Cataluña».
La violencia policial del 1-O, añade, «ha helado el corazón en medio mundo» y la Constitución «otorga» al Monarca «un papel moderador que en ningún caso ha tenido». «No ha tenido interés de conocer el papel» de la reivindicación independentista.
«Con su decisión de ayer», remarca, «usted decepcionó a mucha gente de Cataluña».
En castellano, Puigdemont se ha dirigido a los ciudadanos españoles que han enviado «su amistad y su solidaridad» con Cataluña estos últimos días. Ha reclamado que las autoridades españolas expliquen «mejor» la realidad catalana.
El Gobierno apuesta, subraya el presidente, por el «diálogo» y la «concordia». Y garantiza el «compromiso» del Ejecutivo catalán para «proteger» a los ciudadanos.
«Mi Gobierno no se desviará ni un milímetro», asegura, reafirmando su hoja de ruta hacia la proclamación de la independencia. Aún así, en cuanto a las propuestas de mediación entre el Gobierno central y el catalán para intentar solucionar el conflicto, expresa su «disposición».
