Vergüenza: ¡en Cataluña existen 1.017 barracones escolares!

La Generalitat anuncia que abren nuevas escuelas, pero el 73% son barracones prefabricados que se eternizan esperando la construcción del centro definitivo
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Más de un millón y medio de alumnos han vuelto al colegio en Cataluña y mientras la Generalitat saca pecho y asegura que se han aumentado los recursos, el número de profesores y los centros escolares, una visión más detallada pone uno pero a los datos. Más alumnos y más profesores, pero con una tasa de interinidad del 34%, hecho que significa más precariedad laboral. Más centros escolares, 15 de nuevos… ¡11 de los cuales en barracones!

Es precisamente este dato, el de los barracones, lo que se esconde sistemáticamente con promesas de futuro, para la desesperación de las AMPA y los profesores. En este curso 2017-2018 hay 1.017 barracones en las escuelas catalanas, siete más que el año anterior. Un problema que no disminuye, sino que va aumentando y se cronifica en la educación catalana. De los 15 centros anunciados a bombo y platillo por la consejera de Enseñanza, Clara Ponsatí, 11 están construidos con módulos. «El tema de los barracones se arrastra desde hace más de 25 años», nos explica el secretario general de uno de los sindicatos de profesores de secundaria, Xavier Marsó: «No siempre son en los mismos centros, pero a veces hay casos en los que se han institucionalizado. Estamos instalados en la precariedad desde hace mucho tiempo y además siempre con excusas de mal pagador: mala planificación, incremento del alumnado… En la práctica lo que calcula la administración es que se estarán tres años en barracones, ya no hace falta que hagan un edificio».

DESINVERSIÓN EN LA ENSEÑANZA

La cifra de más de 1.000 barracones en las escuelas catalanas se mantiene desde el 2008 y no parece que vaya a la baja, «Mi primer hijo, nacido en 2005, empezó la escolaridad en barracones y se pasó 5 años. Ahora que empieza la ESO también está en un instituto con barracones», explica Mònica, madre de dos niños que pertenece a la AMPA del colegio Fluvià del Poblenou. «No escoges libremente una escuela con barracones, sino que llevas los hijos para asegurarte una plaza. Todo depende de las ratios y de cómo se hace la distrubución de los niños. Falta mucha planificación», asegura Mònica.

Más de 85 centros escolares públicos están hechos totalmente con módulos prefabricados, pero lo que tenía que ser una solución temporal se convierte en un hecho permamente, agravado por la alta demanda de plazas en centros públicos, sobre todo en la enseñanza post-obligatoria, es decir bachillerato y formación profesional. Según el sindicato ASPEPC, sólo en Barcelona el 73% de la demanda de plaza es para la escuela pública. Según la AMPA de Mònica, ni la administración ni el síndico de agravios consideran que los barracones sean un problema a tener en cuenta. «Los barracones se hunden y se inundan cuando llueve mucho, hemos tenido problemas de plagas de ratas asociadas al hecho de tener los barracones, no hay wifi, los profesores no pueden hacer un proyecto educativo como es debido porque muchos están en precariedad… y todo esto no es ningún problema para el síndico de agravios».

A los mismos problemas se refieren desde el sindicato de enseñanza ASPEPC: «No hay ninguna sensibilidad por parte de la consejería, la enseñanza y los profesores interesamos muy poco. Pero no queremos sensibilidades, queremos instalaciones educativas correctas sin recortes de presupuestos«, denuncia con contundencia Xavier Marsó. El presupuesto que ha marcado la consejería de enseñanza para el 2017 es de un 2,12% del PIB, una cifra muy alejada de la aprobada en 2009 en la ley de educación de Cataluña, que preveía que en 2015 el presupuesto sería del 6% del PIB. «La desinversión es evidente», declaran desde ASPEPC, «y la respuesta de la consejería siempre es una evasiva que sitúan a tres años vista».

30 MILLONES EN BARRACONES

La Generalitat se ha gastado en la última década más de 30 millones de euros en estos módulos prefabricados, pero este gasto no se puede asociar a ningún partido gobernante: tanto Pujol como el tripartito, CiU y el reciente PDECat, todos han recorrido a los módulos prefabricados para asentar las bases de la enseñanza en Cataluña. En uno de los últimos DOGC el departamento de Enseñanza ha publicado la compra de nuevos módulos por un valor de 8 millones de euros más mientras la consejera inaugura, con fanfarria, las nuevas escuelas. «Ellos inauguran y ponen los barracones, pero ¿cuando construirán? Esto no se sabe. Es la política que sigue el departamento. No hay una planificación concreta», afirma Xavier Marsó, de ASPEPC.

Este curso 2017-18 hay 2.700 alumnos más que el curso anterior, una cantidad nada despreciable, pero lejos de la explosión demográfica del 2005 que unió un baby boom con un incremento de la inmigración que llegaba con hijos muy pequeños. El gobierno del tripartito, en aquellos momentos con José Montilla al frente y Ernest Maragall como responsable de Enseñanza, hizo que proliferaran los barracones en las escuelas, nuevas y como medida de ampliación, para poder acoger a todos los niños. Se hicieron más escuelas en un periodo de 7 años, muchas de las cuales tenían, y todavía tienen, barracones. Este hecho se ha cronificado, porque los posteriores gobiernos de CiU y Junts pel Sí no sólo no han reducido la cifra de barracones, sino que la han aumentado ligeramente hasta los 1.017 actuales. A pesar de no haber un aumento de natalidad, los barracones se han mantenido.

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