La CUP ha presentado este jueves su campaña hacia el referéndum del 1-O, que plantea como una oportunidad «de barrer el capitalismo, el patriarcado, la corrupción y la monarquía», que consideran las principales estructuras del poder.
A los carteles para incentivar la participación en el 1-O, firmados por todas las organizaciones que forman la Izquierda Independentista, aparece una mujer que barre la monarquía, representada por Felip VI y Cristina de Borbón; los casos de corrupción, entre ellos, la ‘caja B’ del PP y el ‘caso 3%’ de la extinta CDC, y la iglesia, escenificada a partir del cardenal Rouco Varela, bajo el lema «barrámoslos: desobediencia, autodeterminación, Países Catalanes».
En rueda de prensa, la portavoz de Arran, Mar Ampurdanès, ha reivindicado el referéndum como la posibilidad de «saltar todas las estructuras de poder», que la diputada de la CUP Anna Gabriel ha calificado como desiguales, misóginas y patriarcales, y de construir una eventual república catalana socialista, feminista y ecológicamente sostenible.
La portavoz del Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes (SEPC), Laura Gisbert, ha llamado a la movilización de la gente para defender el 1-O, puesto que ha alertado que «el referéndum no es del Gobierno, a pesar de que es suya la responsabilidad de organizar», y ha destacado que la gente tiene que garantizar su celebración e impedir las acciones del Estado, que, a su parecer, tiene armas importantes para evitarlo.
También ha advertido que «no es cierto que el proceso de independencia no será conflictivo y que se pasará de la ley a la ley», en referencia a la estrategia del Gobierno, y que, según la izquierda independentista, la única manera de celebrar el referéndum es desobedeciendo al Estado y organizar una movilización popular masiva.
