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El maoísta que acabó siendo el asesor de la familia Pujol

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Joan Antoni Sànchez Carreté habría podido ser un nombre importante de la política catalana, pero renunció para hacerse rico. Durante la transición postfranquista era el secretario general del Partido del Trabajo (PTE) en Cataluña, una organización maoísta que se convirtió en la principal fuerza política a la izquierda del PCE/PSUC. En las primeras elecciones democráticas del 1977, el PTE dio cobertura a Esquerra Republicana, que todavía no había sido legalizada, y es así como Heribert Barrera obtuvo el escaño.

Como secretario general del PTE catalán, Joan Antoni Sànchez Carreté tuvo un papel relevante en la operación de regreso del presidente Josep Tarradellas en Cataluña y el restablecimiento de la Generalitat. Pero poco después fue destituido del cargo por defender la independencia de la organización maoísta en Cataluña. En las posteriores elecciones impulsó una candidatura encabezada por Lluís Maria Xirinacs que no obtuvo representación parlamentaria.

En la década de los 80, Joan Antoni Sànchez Carreté dio un giro radical a su vida y se convirtió en el asesor fiscal de algunas de las grandes fortunas del país vinculadas a CiU, empezando por la del presidente Jordi Pujol, ayudándoles a escaquear impuestos. Esto le ha acabado provocando muchos problemas judiciales y ha sido condenado en dos ocasiones: una, por los trapicheos de Lluís Prenafeta con Javier de la Rosa; y la otra, por su participación en la trama corrupta de Hacienda.

El pasado día 4, Joan Antoni Sànchez Carreté compareció en la Audiencia Nacional como testigo. El juez José de la Mata lo sometió a un duro interrogatorio sobre un pendrive confiscado por la policía en su despacho profesional, donde figuraban todas las cuentas de la familia Pujol en el banco andorrano Andbank. Él lo sabe todo, pero no dijo nada. Por eso cobra.

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