¿Qué tienen en común Manuel Moix y Artur Mas?

El president Mas, aquest dilluns al Parlament
El president Mas, aquest dilluns al Parlament

Tienen en común el legado envenenado de sus padres, pero no la repercusión de ese legado en sus respectivas carreras. Manuel Moix ha acabado dimitiendo esta semana como fiscal jefe anticorrupción después de que Infolibre destapara que tiene desde 2012 el 25% de una sociedad offshore en Panamá que enmascara la propiedad de un chalé en la localidad madrileña de Collado-Villalba, heredado de sus padres.

El fiscal general del Estado, José Manuel Maza, había expresado su apoyo públicamente a Moix hasta última hora, pero el ex-jefe de Anticorrupción ha abandonado «por motivos personales» después de explicar que calculó mal la relevancia de la sociedad panameña. El Gobierno español marcó distancias cuando evitó darle un apoyo explícito y pasó la patata caliente a Maza. En cuanto a los fiscales, incluso el colectivo que apoyaba a Moix le recomendó que pusiese su cargo a disposición de Maza.

Paralelamente, la oposición y una amplìsima mayoría de medios de comunicación han considerado inaceptable la continuidad en el cargo de Moix, quien se encontró, además, en el epicentro de las tensiones del último Consejo Fiscal a raíz de las injerencias que le atribuían sus compañeros de profesión. En particular, se referían al intento de impedir por escrito un registro de la operación Lezo y también al relevo de los fiscales del caso del 3%.

La hostilidad generalizada contra Moix contrasta con la tibieza que rodeó al caso del ex-presidente de la Generalitat Artur Mas, más allá de los partidos la oposición y unos pocos medios periodísticos. Su padre, Artur Mas i Barnet, tuvo durante 24 años una cuenta en la banca Liechtenstein Global Trust (LGT) de la que figuraban como beneficiarios su esposa y sus hijos.

El padre del ex-presidente Mas, fallecido en 2012, fue denunciado pero alegó que el supuesto delito fiscal relacionado con el dinero depositado en Liechtenstein había prescrito. Finalmente, el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz archivó el caso por la prescripción de la posible evasión fiscal.

En 2015, en el marco de la comisión parlamentaria sobre el fraude y las prácticas de corrupción política (la comisión Pujol), Artur Mas hijo admitió que sabía «desde finales de los años 80» (antes de ejercer responsabilidad alguna en la Generalitat) que su padre tenía una cuenta en Liechtenstein con unos 2 millones de euros.

Aseguró, eso sí, que la beneficiaria de los fondos fue su madre y nadie más. Anteriormente, no obstante, había negado conocer la existencia de la cuenta, que su padre regularizó en 2008.

A diferencia de Moix, Mas no dimitió y sólo la tozudez de la CUP evitó que volviera a ser investido presidente de la Generalitat. Sigue, eso sí, al frente del partido sucesor de la vieja Convergencia, del que no descarta ser candidato, si la inhabilitación dictada contra él por la organización del 9N no se lo impide.

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