70 trabajadores fronterizos en riesgo de perder su puesto de trabajo

El alcalde de la Seu d'Urgell no se moja para mediar en el conflicto que enfrenta a los empleados del Punt de Trobada con el gobierno andorrano
Concentració treballadors Punt de Trobada a Andorra
Concentració treballadors Punt de Trobada a Andorra

La caída de ventas que experimenta el hipermercado El Punt de Trobada de Andorra, debida a la ausencia de una rotonda y una parada de autobús para facilitar la entrada y salida de los vehículos del establecimiento, podría tener una repercusión directa en la plantilla de esta gran área comercial, la más próxima a la frontera hispano-andorrana.

De los 400 empleados que trabajan allí, 70 son fronterizos. Es decir, cruzan cada día la aduana y son residentes en la Seu d’Urgell u otros municipios de la comarca de Alt Urgell. La representante de los trabajadores, Marta Llamas, asegura que la problemática les está afectando también en las ventas, ya que los clientes «ya no vienen tanto y se quejan del problema que les crea el cierre del carril» porque «antes se podía salir directamente del centro comercial hacia arriba y ahora tienen que hacer cola».

En este contexto, el alcalde de la Seu, el convergente Albert Batalla, no ha querido, hasta el momento, entrar a mediar en el conflicto aunque desde hace dos años el ayuntamiento dispone de una concejalía propia para atender a los fronterizos. Su creación formó parte del programa electoral con el que se presentó a las últimas elecciones municipales de 2015.

La reunión que mantuvieron los trabajadores la semana pasada con el presidente del Gobierno no les sirvió para aclarar dudas, puesto que Toni Martí no piensa a corto plazo atender sus demandas, especialmente la que hace referencia a la construcción de un espacio para una rotonda «que es necesaria también para el acceso de la clientela» que, a la vez, «aporta mucho a la riqueza del país».

Los trabajadores se han fijado un tiempo prudencial a la espera de los movimientos que puedan realizar las autoridades del Principado después de su entrevista con el ejecutivo y de la concentración que protagonizaron el 1 de mayo pasado ante las puertas del establecimiento.

Además, la supresión de la parada de autobús desde finales del año pasado perjudica principalmente a los que tienen que ir al trabajo con transporte público. Tienen que hacer más de un kilómetro a pie para llegar, lo que supone un agravio comparativo porque los otros dos centros comerciales situados a pie de carretera en Sant Julià de Lòria sí que disponen de parada de bus y de rotonda delante mismo para poder acceder con facilidad.

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