Los expertos de Hacienda concluyeron que Ferrovial, a través del Palau de la Música, financió con 6,5 millones de euros a Convergència. De este dinero, 3,7 millones fueron en efectivo, cobrado por los tesoreros Carles Torrent y Daniel Osàcar, mientras que el resto fue destinado a pagar facturas de proveedores reales de CDC o bien justificado con facturas falsas de empresas inoperativas. Este último método fue el escogido a raíz de una inspección tributaria.
Según los peritos de la Agencia Tributaria, Ferrovial utilizaba el Palau de la Música según la lógica de los vasos comunicantes. Este mecanismo ya fue reconocido los primeros días de juicio por los principales implicados, Fèlix Millet, Jordi Montull y Gemma Montull.
La defensa de Ferrovial y de Convergència, por su parte, ha intentado quitar credibilidad a los argumentos de los expertos aduciendo que Ferrovial era el principal patrocinador del Palau de la Música.