A pesar de que ya tiene la edad, a Narcís Serra, como a su ex-socio Miquel Roca Junyent, no le ha llegado la hora de la jubilación. A sus 73 años, el ex-alcalde de Barcelona y ex-ministro de Defensa todavía ocupa varios cargos. Es presidente y profesor del Instituto Barcelona de Estudios Internacionales (IBEI), un centro especializado en cursos de posgrado sobre relaciones exteriores, seguridad y desarrollo internacional que fundó en 2004 y que tiene su sede en la Universitat Pompeu Fabra.
El IBEI cuenta con el apoyo de las cuatro universidades públicas de Barcelona y tiene numerosos sponsors, tanto públicos como privados (el Ayuntamiento, la Diputación, la Generalitat, el Área Metropolitana, La Caixa, Telefónica, Banco Santander, Indra, Enagas, Agbar…) que financian sus actividades. Aún así, sus cursos no son baratos: la matrícula por un año cuesta a los alumnos 11.000 euros.
Además, Narcís Serra continúa ejerciendo los cargos de vicepresidente de la filial de Telefónica en Chile y de consejero de la filial brasileña de esta multinacional española, que le garantizan unos saneados ingresos anuales. En sus buenos tiempos –cuando simultaneaba la presidencia de Caixa Catalunya con los cargos de consejero en Gas Natural, Applus, Telefónica…- se calcula que el ex-primer secretario del PSC llegaba a ingresar más de un millón de euros al año.
Pero todo el fabuloso «tesoro» que Narcís Serra ha acumulado en los últimos años se puede ir a pique. Las dos querellas que afronta de la Fiscalía Anticorrupción por su gestión como presidente de la desparecida Caixa Catalunya le pueden acabar costando potosí. Está acusado de «administración desleal» por los sobresueldos aprobados al ex-director general de la entidad financiera, Adolf Todó, y por el agujero de 721,4 millones de euros provocado por las ruinosas operaciones inmobiliarias aprobadas cuando él era el presidente de Caixa Catalunya.
En los próximos días tiene que comparecer ante el titular del juzgado n. 2 de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, que ha admitido a trámite la querella criminal presentada por la Fiscalía Anticorrupción por el agujero inmobiliario producido en la caja y que deberá decidir las medidas cautelares que impone a los 14 investigados, entre los cuales está Narcís Serra. ¿Dimitirá por motivos éticos el ex-ministro socialista de Defensa de los cargos empresariales y académicos que ocupa o seguirá haciendo bolsa para pagar a los abogados y hacer frente a las previsibles multas que –penas de prisión a parte- le pueden caer?
