Félix Millet usó las facturas de dos empresas inactivas como Horencat y CMB10 para justificar ante Hacienda los pagos en efectivo que habían ido a parar a Convergencia. Durante su declaración, Millet aseguró que estas facturas le habían sido entregadas por Daniel Osácar, entonces tesorero de CDC y de la Fundación Trias Fragas (ahora Catdem).
El representante de Horencat, Javier landínez, ha explicado que esta compañía era subcontratada de Ferrovial y que ellos nunca habían hecho ninguna factura al palau de la Música. Su sorpresa fue cuando durante la investigación judicial vieron que había facturas emitidas por esta compañía en 2004, cuando desde el 2003 estaba inactiva.
Por otra parte, Claudia Valcells, ex-trabajadora de CBM 10, también ha dicho que esta compañía nunca trabajó para el Palau. Pero ha ofrecido una clave: su padre y Osácar trabajaron en Natur System, que sí que había hecho facturas al Palau, pues fue una de las empresas que trabajó en su restauración.
En el registro, los Mossos encontraron una nota manuscrita que alertaba de que estas facturas de Horencat y CBM 10 solo se tenían que pagar después de haber recibido el dinero de Ferrovial.
Finalmente, otros industriales que trabajaron para el Palau han detallado que tenían que hacer trabajos en los domicilios particulares de Millet y Jordi Montull, pero que las facturas las tenían que girar al Palau. El motivo que se les esgrimía era que el Palau les debía de dinero y que había un acuerdo de cobrarlo en especie, lo cual no era cierto. Todos ellos han coincidido en que era Montull quién proponía el cambio del concepto.
