El sindicato CGT acusa a la empresa minera Iberpotash, sentenciada a pagar la limpieza de la contaminación que ha producido en el Bages, de no haberse puesto todavía manos a la obra para incorporar a sus trabajadores a las tareas de tratamiento de residuos.
Según ha alertado la CGT esta semana, el plan para enfocar en este sentido a la plantilla de la mina de Sellent sigue sin implementarse y la situación, atribuida a la pasividad de la empresa (y también a la falta de soluciones por parte del Gobierno catalán), tiene una línea roja de aquí a tres meses: el 1 de julio se tienen que acabar los vertidos de residuos en el Cogulló por orden judicial.
La CGT reprocha a la compañía minera que por el hecho de no avanzar en el acondicionamiento de la mina y en la reasignación de tareas tiene colgando de un hilo 1.000 puestos de trabajo directos y hasta 4.000, sumando los indirectos.
Los trabajadores de Iberpotash, propiedad de la multinacional israelí ICL, temen que el silencio sea el preludio de despidos mediante ERE y ERTE, así como de chantajes a los trabajadores, un escenario que agravaría la dura realidad laboral de la comarca. La CGT aboga por que puedan asumir trabajos respetuosos con el territorio y no se cree que la empresa no sepa a estas alturas qué planes tiene para ellos.