¿Qué decepción se han llevado los independentistas con Israel?

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El nombramiento del abogado José Antonio Sánchez Molina como nuevo cónsul honorario de Israel en Barcelona ha sido un jarro de agua fría para el movimiento independentista catalán, que siempre ha tenido al Estado sionista como un referente internacional y un supuesto aliado a su causa. El consulado de Israel en Barcelona estaba vacante desde el año 1997 y para hacerse cargo de la delegación habían sonado varios nombres alineados con la estrategia soberanista como Lluís Bassat -publicista de cabecera del régimen pujolista-, David Madí -ex-mano derecha de Artur Mas- o Carles Vilarrubí, el marido de Sol Daurella (Coca Cola) y vicepresidente del Barça.

Pero la persona elegida por Daniel Kutner (foto), embajador de Israel en España y Andorra, y aceptada por el ministerio español de Asuntos Exteriores está en las antípodas del movimiento soberanista. En efecto, José Antonio Sánchez Molina es un profesional con nulas simpatías por el independentismo y que en su juventud había formado parte de un grupo de extrema-derecha en Blanes. Es un miembro muy activo de la Comunidad Israelita de Barcelona (CIB), a la cual se vinculó a partir del núcleo de los Tarbut Shorashim, los supuestos descendientes de los judíos expulsados por los Reyes Católicos en el siglo XV.

La política diplomática del actual embajador israelí, Daniel Kutner, es muy diferente de la de su antecesor en el cargo, Alon Bar, que había hecho numerosos gestos de complicidad hacia los sectores independentistas catalanes. Desde entidades como la Asociación Catalana de Amigos de Israel (ACAI), que preside el convergente Toni Florido, la designación de José Antonio Sánchez Molina se ha recibido con una profunda decepción. Desde la puesta en marcha del proceso soberanista, se han hecho numerosas y discretas gestiones con Israel para obtener recursos financieros y apoyo en tareas de inteligencia y defensa para la futura república catalana.

Jordi Pujol encontró en el empresario judío David Tennenbaum el socio para sacar adelante el proyecto de Banca Catalana. Desde entonces, el pujolismo se convirtió en la caja de resonancia del sionismo en Cataluña, con el concurso de un puñado de intelectuales de confianza (Pilar Rahola, Joan B. Culla, Vicenç Villatoro…). En cambio, el actual consejero de Relaciones Exteriores de la Generalitat, Raül Romeva, despierta muchos recelos en Tel-Aviv por sus declaradas simpatías con la causa palestina, demostradas durante su etapa en el Parlamento Europeo.

En el ámbito profesional, José Antonio Sánchez Molina es un abogado de confianza de La Caixa para «misiones delicadas«.

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