‘Míster Brexit’

Donald John Trump, autoproclamado ‘Míster Brexit’, era aquel metomentodo que, según gurús de medio mundo, jamás de los jamases ganaría las primarias republicanas. Y las ganó, y no contra pocos rivales. Después, fue aquel mentecato a quien, ya en campaña electoral, no le quedaría más remedio que centrar su ultraderechista discurso porque nunca un candidato a las elecciones americanas gana si no se modera. Trump se extremó, y ha ganado. Dicen ahora esos mismos sabios que cuando sea presidente no llevará a cabo las tonterías que dijo que haría. Desconozco en qué acierto afianzan ahora el nuevo y aventurado pronóstico, pero da la impresión de que Trump volverá a hacer lo que le dé la real gana.

Como ha dicho el ex presidente de Uruguay, José Mujica, al ser preguntado su opinión sobre la elección del esperpéntico personaje: «¡Socorro!«.

Ante la concurrencia contra pronóstico del millonario en las elecciones americanas, todo hacía pensar que, como hicieron los socialistas franceses en las elecciones del año 2002 cuando tuvieron que elegir entre el conservador Chirac o el ultra Le Pen, los norteamericanos no cercanos a Hillary, demócratas y también republicanos, la votarían con una pinza en la nariz otorgándole el triste honor de mal menor. Lejos de ello, los electores de la primera potencia mundial han hecho justo lo contrario de los franceses: la pinza en la nariz se la han colocado para votar Trump (Le Pen) y no a Hillary (Chirac).

Lo más distraído de todo es que ahora casi todo el mundo lo veía venir. Y, incluso aquellos que erraron todos los pronósticos, se atreven a decir porque ha pasado lo que ha pasado y qué pasará a partir de ahora. Pues yo confieso que pensaba que ganaría. Es más, lo tenía tan claro que si hubiera podido votar lo hubiera hecho por la candidata de los Verdes, Jill Stein, y me temo que no soy el único.

Cabe decir que lo hubiera hecho ante la imposibilidad de votar Bernie Sanders que, lamentablemente, fue borrado de la escena política estadounidense tras los rocambolescos procesos de primarias norteamericanas. La gente pedía un cambio radical y, dado que Hillary no se lo podía ofrecer, lo han ido a buscar a las antípodas del establishment. El discurso de Sanders hubiera podido ser un buen antídoto al populismo del tronado ya presidente electo.

Vistos los resultados, es fácil echar de menos los votos del veterano Bernie. En resumidas cuentas, parece que un montón de aquellas adhesiones han decidido no apoyar a Hillary y, o se han quedado en casa o han elegido opciones minoritarias. Así, se habla poco de la figura del candidato libertario Gary Johnson quien, salvando las no pocas distancias, vendría a ser el tercero en discordia. ¿Cuántos votos teóricamente de Hillary (antes de Obama) se ha llevado Johnson y en menor medida Stein y se podía haber llevado Sanders?

La verdad es que, bien mirado el descalabro, más que ganar las elecciones Trump (en inglés, triunfo), las ha perdido Hillary Clinton.

El único consuelo que nos queda a los que pensamos que Trump es una legítima muy mala elección, es que Michael Obama se presente a las elecciones del año 2020 y las gane.

Echaremos de menos Barack Obama.

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