En recuerdo de Johan Cruyff se seguirán escribiendo y diciendo tantas fábulas, leyendas, barbaridades y ocurrencias como quieran aportar sus seguidores más extremos, especialmente de aquellos sectores laportistas y guardiolistas del barcelonismo que ya lo utilizaron en vida como estilete contra los ex presidentes Josep Lluís Núñez y Sandro Rosell y contra Josep Maria Bartomeu.
La verdad sobre la relación entre Cruyff y el Barça desde que pisó el césped azulgrana en 1974 daría una visión menos romántica, filosófica y altruista de su figura y su obra. En su entorno se fue tejiendo por un lado una imagen mediática y futbolística de divo iluminado y revolucionario del fútbol y de la otra una compleja trama propagandística y de negocios ligada a las malas artes e intereses de las fuerzas más oscuridades del entorno del club.
Jaume Roures, el fundador y jefe de Mediapro, fue su representante oficioso durante años, antes de incorporar a Joan Laporta en el equipo y un conglomerado mediático dirigido por periodistas como Joan Patsy en su día y más modernamente Xavi Torres, e implicando la todopoderosa Corporación (Tv3 Catalunya Radio) y un pool de medios y periodistas catalanes, personalmente y editorialmente alineados de manera incondicional con el cruyffismo y sus derivadas, como RAC-1, El País, El Periódico, Ara y la misma SER Barcelona, a veces no solo desde el área de deportes.
NEGOCIACIÓN A VARIAS BANDAS
El final de esta relación Barça-Cruyff, desgraciadamente precipitado por culpa de un cáncer de pulmón imparable a finales de marzo de este año, también fue objeto de una negociación entre el cruyffismo y el club resuelta con un contrato subscrito a favor de la Cruyff Foundation de dos millones de euros que pagará la Fundación del club a razón de 400.000 anuales durante cinco temporadas.
«Sí. Hubo un abrazo final entre Cruyff y el FC Barcelona en los últimos meses. Cualquiera que conozca a mi padre sabe que su prioridad ha sido su fundación y la atención a los niños más necesitados. Ha dedicado mucho tiempo los últimos años y fue un acuerdo final precioso entre la Fundación Cruyff y la Fundación FC Barcelona, la última firma de mi padre en vida«, afirmó su hijo Jordi Cruyff durante el discurso que hizo en la sala de prensa del Camp Nou con motivo de la ceremonia oficial del club en memoria de Johan.
Pocos meses antes del desenlace, las cifras no llegaban a esta proporción, se situaban sustancialmente por debajo de los 100.000 euros anuales con el total visto bueno y la aprobación de la fundación del ex entrenador holandés, beneficiaria de un proyecto cofinanciado por el Barça y la Caixa, que aportaba una cantidad igual, como mínimo.
Este acuerdo previo, más de cuatro veces inferior al definitivo, se obtuvo en un marco de optimización de unas relaciones que nunca se rompieron entre las dos fundaciones, Cruyff Foundation y la Fundación FCB, pero que sí que pasaron por instantes difíciles cuando Sandro Rosell exigió la justificación del dinero entregado a la Cruyff Foundation en inversiones directas a programas de ayuda.
LEE EL REPORTAJE COMPLETO EN LA EDICIÓN EN PAPEL DE EL TRIANGLE DE ESTA SEMANA
