Jesús María Barrientos, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), ha responsabilizado a los partidos de la politización de la Justicia. En concreto, les ha reprochado la personación como acusación particular en varios casos judiciales.
Aparte de esto, ha evitado extenderse sobre las actuaciones de la Justicia relacionadas con el proceso independentista. Barrientos pertenece a la sala que ha acordado admitir a trámite la querella contra la presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell.
Junts por el Sí, la CUP y Catalunya Sí Que Es Pot habían cuestionado la justicia que se imparte en Cataluña por la politización que atribuyen a casos como el del ex presidente Artur Mas, la ex vicepresidenta Joana Ortega y la ex consejera Irene Rigau, que serán juzgados pronto, o el del regidor de la CUP en Vic Joan Coma.
En su comparecencia en el Parlamento catalán, Barrientos no ha coincidido con Carme Forcadell, que se encuentra de viaje oficial en Roma. Por otro lado, el presidente del TSJC ha expresado preocupación porque en 2015 se dictaron un porcentaje de sentencias en catalán cuatro puntos menor que en 2014, aunque no se muestra partidario de establecer el catalán como un requisito, sino como un mérito para los jueces, como sucede ahora. Argumenta que si fuera un requisito indispensable, Cataluña podría convertirse en un «desierto judicial».
