El caso del joven de 24 años Gabriel Pérez Escalante, que murió debido a la peritonitis en la que derivó una apendicitis diagnosticada con retraso, apunta hacia los tribunales.
Según han explicado los padres del joven a Regió 7, los responsables del hospital de Igualada han negado haber cometido negligencia en este caso, en el que la apendicitis se diagnosticó tres días tarde y el joven visitó el servicio de urgencias tres días seguidos en agosto porque sufría fuertes dolores en el abdomen. Finalmente, murió en el Hospital Clínico de Barcelona, donde ingresó en estado crítico.
Se trata de las primeras explicaciones que, mes y medio después de haberse producido la muerte, el hospital da a los padres del joven, que no se las creen y aseguran haber salido de la reunión «con las mismas preguntas» que tenían antes. «La verdad es que ya nos esperábamos una respuesta de este tipo. Lógicamente, están tapando lo que pasó«, dice la madre del joven.
Añade que los médicos se han referido a una aparente mejora durante primeros días y que han admitido algún error, como por ejemplo no haber hecho alguna prueba durante la segunda visita, pero que han concluido que no fueron negligentes, sino que la muerte había sido el resultado de un «cúmulo de complicaciones», según las declaraciones que recoge la misma información.
Mientras el Departamento de Salud de la Generalitat culmina su investigación sobre el caso, la familia de Gabriel prepara una denuncia contra el hospital de Igualada. «Esperaremos el informe de Salud, a pesar de que, si tarda mucho, llevaremos adelante la denuncia», explican.
