O referéndum o referéndum. ¿Como el de Hungría?

A los catalanes ya nos han avisado de que dentro de un año nos pedirán que votemos en un referéndum. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha obtenido los votos y los abrazos de los diputados y diputadas de la CUP en la reciente moción de confianza parlamentaria gracias a este anuncio.

En septiembre de 2017, si Puigdemont es todavía presidente de la Generalitat -y no acaba tropezando de nuevo con la aprobación de los presupuestos para el próximo año- nos convocará a votar sobre si queremos que Cataluña sea independiente de España o no.

Una primera incógnita es en qué consiste un país independiente en Europa y el mundo actuales. Pero esta incógnita ya hace años que la arrastramos y nadie parece demasiado interesado en despejarla.

La segunda incógnita es porqué tenemos que esperar un año entero. Aquí es donde los malpensados aseguran que los impulsores de la independencia no tienen prisa en poner en peligro sus sueldos y subvenciones públicas.

La tercera y nueva incógnita es en qué tipo de referéndum piensa Puigdemont cuando plantea que en septiembre habrá «o referéndum o referéndum». ¿Tiene en mente el mismo tipo de referéndum que imaginan en la CUP? O, también, ¿la CUP tiene claro qué consulta quiere? No quiero ni pensar en una votación de la asamblea nacional de los cupaires para decidir si están a favor o no del referéndum que propongan los de Junts pel Sí.

Se supone que tanto el PEDECAT como ERC tienen claro que no pueden convocar a los catalanes a las urnas con un referéndum donde no haya un umbral mínimo de participación para validarlo. Incluso, el gobierno xenófobo húngaro no ha osado saltarse esta norma democrática básica en el referéndum con el que pretendía justificar su negativa a aceptar la cuota de refugiados que la Unión Europea le ha dicho que tiene que acoger. ¡Y menos mal! Gracias a este umbral, los húngaros han dado un disgusto al primer ministro Viktor Orbán.

La diputada de la CUP Anna Gabriel ha declarado que, para ella, si en el referéndum vota un catalán a favor de la independencia más de los que voten en contra, debe darse por hecho que Cataluña debe declararse independiente. Da igual si participa un 10% o un 50% de la ciudadanía.

No sólo existe el precedente húngaro. Los británicos optaron por el camino de Gabriel y ahora tienen un Brexit entre manos del que muchos dudan de su calidad democrática. Sólo un 37% de los británicos participó en la consulta que los aleja de la Unión Europea.

El 98% de los húngaros que han votado lo han hecho contra la voluntad de esa Unión Europea y Orban ya advirtió que, fuese cual fuese el nivel de participación, él consideraría políticamente válido el resultado. Una música que, desgraciadamente, venimos escuchando en Cataluña desde casi dos años.

¿La volveremos a escuchar?

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