La reformulación a la baja del controvertido macroproyecto de ocio BCN World, promovida desde el Gobierno catalán por uno de los detractores más destacados de su formulación original, el vicepresidente Oriol Junqueras, es una de las principales amenazas urbanísticas contra el litoral del conjunto de España y la más importante de Cataluña, según destaca Greenpeace.
Esta organización señala que el Centro Recreativo y Turístico (CRT) proyectado en Vila-seca i Salou, que el presidente Carles Puigdemont defiende como una inversión «estratégica», es uno de los ocho proyectos que puede contribuir «a la destrucción de la costa del Mediterráneo y el Atlántico Sur de Andalucía».
Considerado el exponente de un regreso al modelo de la burbuja inmobiliaria, el nuevo BCN World es descrito por el jefe de campaña de Greenpeace España, Julio Barea, como «un pelotazo urbanístico» que «afectará a la poca costa que queda», publica el Diari de Tarragona. Considera que el turismo de baja calidad que se prevé que atraiga este macrocomplejo sobrecargará de presión -nuevas infraestructuras de transporte, residuos y agua- una zona bastante cargada por la afluencia de turistas y por la actividad petroquímica cercana.