La batalla de la plataforma Aturem la C-32 se centra ahora en los juzgados, donde tratará de convencer de la necesidad de impedir el inicio de las obras de prolongación de esta autopista, que la Generalitat de Cataluña prevé para este otoño.
Estos activistas, fundamentalmente ecologistas de Blanes y Lloret de Mar, pretenden lograr la suspensión cautelar de las obras y tienen previsto presentar la próxima semana un recurso contra el proyecto que recibió la luz verde del Departamento de Territorio y Sostenibilidad el pasado 27 de julio.
Para denunciar la «falta de interés político» que consideran que ha recibido su causa, han convocado, asimismo, un funeral simbólico que tiene lugar este sábado en Lloret. Quieren escenificar que, según lamentan, no les ha quedado más remedio que enterrar la vía del diálogo con los políticos y llevar su causa a los juzgados.
Aturem la C-32 aboga por preservar «el bosque, la movilidad en la zona y la dignidad democrática», y esgrime los incendios que ha sufrido la zona durante el verano como ejemplo de la falta de interés de las autoridades en la protección del entorno natural donde se quiere encajar el proyecto.










