El promotor Enrique Bañuelos ha encajado una nueva decepción. Después de haber fracasado en el intento de consumar el pelotazo de BCNWorld, este empresario valenciano ve desvanecerse sus expectativas de gobernar el negocio de la Fórmula-E.
Según publica Vozpópuli, el yerno de José María Aznar, Alejandro Agag, cercano a los que cortan el bacalao en la Fórmula 1, lo ha apartado del incipiente negocio de las carreras de vehículos impulsados sólo por motores eléctricos, que habían apadrinado juntos.
Bañuelos hacía de presidente y Agag de consejero delegado cuando absorbieron 50 millones de euros en su primera ronda de financiación, con el apoyo de Qualcomm y Amura Capital. Pero, según esta información, después de varios problemas -básicamente, de liquidez-, Agag tomó el control del proyecto aprovechando una situación de debilidad de Bañuelos: el abandono de su holdingVeremonte del macroprojecte de ocio y juego, después de muchas dilaciones.
Los dos fracasos de promotor valenciano, de hecho, están interconectados. BCN World, publica Vozpópuli, alimentaba el negocio de la Fórmula-E hasta el punto de haberse convertido en un patrocinador de primer orden cuando la competición se inició.
La misma noticia indica que el objetivo último de Agag es suceder a Bernie Ecclestone como gran jefe de la Fórmula 1. Mientras tanto, para ascender, al frente de la Fórmula E no había espacio para bicefalias.