La defensa de las ideas tiene un límite: la honestidad y la verdad. Cuando se cae en la manipulación y la mentira más grosera, entonces la ideología -la que sea- se convierte en peligrosamente tóxica e intrínsecamente perversa y, por lo tanto, hay que rechazarla y combatirla. Sintiéndolo mucho, tengo que decir que el independentismo catalán ha caído en esta trampa abyecta y ha dejado de merecer mi respeto y mi consideración.
La Asamblea Nacional Catalana (ANC) ha comenzado una campaña que consiste en montar un cementerio al aire libre con 400 cruces de color amarillo donde se lee la inscripción «Sistema sanitario». El primero de estos ‘cementerios ambulantes’ se plantó el pasado viernes en la emblemática plaza Mayor de Vic y, en los próximos días, se ha anunciado que se instalará en espacios públicos otras ciudades catalanas.
El impacto visual de 400 cruces es sobrecogedor y el mensaje que pretende transmitir la ANC con este montaje es de una contundencia espeluznante: supuestamente, el Estado español se ha cargado el sistema sanitario catalán y esto ha provocado que mucha gente haya muerto de manera prematura en nuestros hospitales. Es decir, se está acusando a «Madrid» de perpetrar un genocidio deliberado de catalanes y fomentando, con ello, el odio irracional contra los españoles.
La campaña de la ANC se apoya en un fragmento de las conversaciones grabadas entre el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y el ex-director de la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC), Daniel de Alfonso, divulgadas por el diario www.publico.es en vísperas de las pasadas elecciones generales del 26-J. En un momento de este diálogo, Daniel de Alfonso presume ante el ministro que «les hemos destrozado el sistema sanitario» y esta frase se ha convertido ‘dinamita’ para los independentistas.
Pensemos un minuto. ¿Qué quería decir Daniel de Alfonso, nombrado el año 2011 por el Parlamento de Cataluña, con la expresión «les hemos destrozado el sistema sanitario»? La OAC no hace los Presupuestos de la Generalitat ni se dedica a repartir los recursos dedicados al departamento de Salud. La OAC tiene por misión luchar contra la corrupción y, desgraciadamente, el sector sanitario catalán se ha convertido, en los últimos años, en una cloaca asquerosa (tráfico de influencias, comisiones ilegales, sobreprecios, privatizaciones, concursos trucados, puertas giratorias…). El caso Innova que investiga el Juzgado de Reus es el paradigma de este escándalo.
Durante el mandato de Daniel de Alfonso, la OAC emprendió varias investigaciones sobre las irregularidades en la sanidad pública catalana y es en este contexto que tiene sentido la frase «les hemos destrozado el sistema sanitario«, que en realidad quiere decir: «Hemos desmontado la mafia empresarial y política que parasita el sistema sanitario catalán«. Esto lo entiende todo el mundo, pero la ANC aprovecha la literalidad de las palabras para montar estos infames cementerios al aire libre. ¿Quiere decir esto que la ANC es cómplice de la corrupción? Yo conozco a Jordi Sànchez y sé que no es así, no en balde ha trabajado muchos años junto al Síndic de Greuges.
Pero la manipulación a conciencia de la frase literal de Daniel de Alfonso ha sido aprovechada, sin ningún tipo de escrúpulos, por los independentistas más hiperventilados para atacar a «Madrid» y denunciar a la siniestra «quinta columna unionista» que, según esta visión paranoica y psicótica de la política, hay en Cataluña. Una de las víctimas propiciatorias de esta campaña del odio ha sido el diputado de CSQP, Albano Dante Fachín, antiguo editor de la revista gratuita Cafè amb llet.
Desde esta publicación se destaparon muchos marros de la sanidad pública catalana y, en especial, del Consorcio Sanitario del Maresme y de los negocios de Ramon Bagó, uno de los ‘dinosaurios’ del régimen pujolista. El equipo de Cafè amb llet denunció estos hechos a la OAC. Ahora, al saltar el escándalo de las conversaciones del ministro del Interior con Daniel de Alfonso, el diputado de CSQP se ha convertido, sin comerlo ni beberlo, en el blanco de las iras independentistas y le acusan de ser un cómplice de las maniobras conspirativas de las ‘cloacas del Estado’ contra Cataluña. ¡Leña al mono!
La corrupción y los brutales recortes presupuestarios que han destrozado el sistema sanitario catalán tienen unos responsables con nombres y apellidos. Y, a buen seguro, Albano Dante Fachín no lo es. En esta Cataluña demencial hemos llegado a un punto que quien denuncia las suciedades del poder convergente (o como se llame) es acusado de ser un enemigo de la patria y un traidor. Por respeto a la ANC y a sus asociados –de los cuales conozco a muchos y sé cómo piensan- pido que se pare de inmediato esta desafortunada campaña de los cementerios al aire libre. Keep calm!
