Tenía que ser una bomba y ha sido una pifia. La filtración, en los últimos días de campaña, de las conversaciones privadas entre el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y el director de la Oficina Antifrau de Cataluña, Daniel de Alfonso, al diario www.publico.es de Jaume Roures no han tenido ningún tipo de efecto en el comportamiento del electorado este 26-J.
Al contrario. Si se esperaba que esto se traduciría en un voto de castigo al PP, los resultados han sido, cuando está a punto de acabar el escrutinio, al revés. En el conjunto del Estado español, el PP ha pasado de 123 escaños a 137 y de este modo Mariano Rajoy se garantiza su investidura automática en segunda votación, si bien tendrá que gobernar en minoría. En Cataluña, con Jorge Fernández Díaz de cabeza de lista por Barcelona, el PP es el único partido que mejora sus resultados, tanto en número de votos, como de porcentaje y de escaños.
El partido de Mariano Rajoy ha ganado en todas las comunidades autónomas españolas, con excepción de Cataluña y del País Vasco. Pedro Sánchez, el líder del PSOE, a pesar de perder cinco escaños en relación con el 20-D y ampliar la distancia que lo separa del PP a 52 escaños, ve reforzado su liderazgo. De un lado, porque ha parado el anunciado «sorpasso» de Unidos Podemos. Y del otro porque Susana Díaz, que ya estaba preparada para sustituirlo, ha sido incapaz de mantener el tradicional dominio socialista en Andalucía, donde también ha ganado el PP.
