¿A quién más promocionaba Daniel de Alfonso para sustituir a Artur Mas?

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El todavía director de la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC), Daniel de Alfonso, ha demostrado que es un mitómano con ínfulas de aprendiz de brujo. Sus conversaciones con el todavía ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, divulgadas por el diario www.publico.es, reflejan, además de otras consideraciones políticas, un preocupante desequilibrio mental.

En su infinita vanidad, Daniel de Alfonso se llegó a considerar el «hombre providencial» que podía arreglar el «problema» de Cataluña. Aprovechó el ejercicio de su cargo –tributario, no lo olvidemos, del Parlament– para desarrollar una activa vida social, hablando, sin ningún tipo de autocontrol, con unos y con otros. Este ex-magistrado madrileño creyó que la dirección de la OAClo había convertido en un «poder fáctico», en la medida en que era celoso poseedor de algunos «secretos» sobre las martingalas corruptas de los políticos locales, y se dedicó a opinar de todo y de todo el mundo con la intención de «sentar cátedra».

En su doble condición de fervoroso «católico y español», el «cabo» Daniel de Alfonso estableció una relación de íntima complicidad, entre otros, con el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Los dos son unos hipócritas de primera, porque su supuesta fe católica choca frontalmente con los agitados avatares de su vida privada.

Como ha trascendido en las conversaciones publicadas estos días, Daniel de Alfonso promovió ante el ministro del Interior una fantasiosa operación para sustituir a Artur Mas por Germà Gordó al frente de la presidencia de la Generalitat. Pero no era esta la primera vez que el director de la OAC jugaba a ser el demiurgo de la política catalana.

Según ha podido saber este Confidencial de testigos directos, Daniel de Alfonso ya intentó, con anterioridad al 2014, una jugada parecida. Se dedicó a impulsar una operación de recambio de Artur Mas por el ex-consejero de Territorio y Sostenibilidad y ex-alcalde de Sant Cugat, Lluís Recoder, a quien consideraba un hombre idóneo para ocupar la presidencia de la Generalitat por su talante moderado, y así se dedicó a pregonarlo ‘urbi et orbi’. Pero Lluís Recoder, persona próxima a Miquel Roca i Junyent, cayó en desgracia a raíz de la polémica privatización de la empresa pública ATLL y acabó abandonando la actividad política.

Al fallar la «operación Recoder», el increíble Daniel de Alfonso se lanzó a promover la «operación Gordó». Además de frívolo y lenguaraz, es un indocumentado.

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