Más dividida que nunca. La norma que hacen falta 2/3 de los votos de los 77 miembros del Secretariado Nacional (SN) para proceder a la elección de los cargos directivos ha saltado por los aires al constatarse que el consenso entre los dos bloques existentes era imposible y que tampoco había «tapados» con capacidad de hacer de puente.
La sorpresa ha estado en la correlación de fuerzas interna del SN. Después de las elecciones del pasado 14 de mayo, se daba por hecho que el llamado «sector crítico» controlaba la mayoría, con unos 42 votos. Pero las votaciones del secretariado, reunido este sábado 21 en Ripoll, han demostrado que los análisis eran erróneos.
Después de un intenso debate de siete horas, Jordi Sànchez continuará siendo el presidente de la ANC durante los próximos dos años al recibir 40 votos, por delante de la editora norteamericana Liz Castro, representante del «sector crítico», con 35 votos. Los cargos de vicepresidenta y tesorero también han caído del lado del llamado «sector continuista»: Natàlia Esteve y Marcel Padrós. Los «críticos» sólo han colocado la secretaria de la entidad independentista, Eulàlia Subirà.
Nombres «fuertes» del SN, que obtuvieron un buen resultado en las elecciones del pasado 14 de mayo y que optaban a disputar el liderazgo de Jordi Sànchez, han quedado diluídos en la nueva cúpula de la ANC. Ni Liz Castro, ni Quim Torra, ni Antonio Baños, ni Josep Sabaté, ni Clara Ponsatí han conseguido entrar en el «núcleo duro» de la entidad.
