Este viernes, 13 de mayo, los representantes de los trabajadores de TV3 han interrumpido la comisión parlamentaria de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA) con risas enlatadas que han reproducido desde sus dispositivos móviles y tabletas, hecho que ha provocado las quejas de Jordi Cuminal, diputado de Junts pel Sí, que ha pedido respeto para la cámara. Los trabajadores reclaman el desistimiento de la demanda de siete años de prisión contra el compañero acusado de filtrar los sueldos de la plantilla.
Por este mismo motivo, y bajo el lema «no encarceléis mi compañero» los trabajadores de la televisión pública también han parado la comisión de control de la CCMA, hecho que ha forzado al presidente de la comisión parlamentaria, David Mejía, a interrumpir a la presidenta en funciones de la CCMA, Núria Llorach, para que pusiera orden y parara las protestas de los trabajadores. Una vez Mejía y Llorach han puesto «orden» y «silencio en la sala», los trabajadores han abandonado el Parlamento.
TV3 no está pasando por un buen momento, y estas protestas no son más que la punta del iceberg. El crítico televisivo Ferran Monegal en un artículo publicado ayer en El Periódico ha manifestado que «TV3 desde hace tiempo va a su bola» y que «ha pervertido la información transformándola en propaganda«. «No sólo me refiero a los trabajadores y estrellitas de la casa, también condiciona todo el sector audiovisual catalán», afirma.
El crítico ha «abandonado toda esperanza» de qué 8TV se instituya en lo que debería ser una «sana alternativa, un gran canal privado catalán, puesto que cualquier empresa productora que quiera sobrevivir en Cataluña únicamente tiene TV3 como único cliente». Finalmente, Monegal explica que «o te alineas y subsumes obedientemente a su bola y apostolado, o no colocas ni un documental sobre el peligro de extinción del urogallo.»
