Unió Democràtica de Catalunya (UDC) no concurrirá a las elecciones generales del 26 de junio, según ha anunciado este jueves su secretario general, Ramon Espadaler, después de la reunión del comité de gobierno del partido.
Los democristianos, que quedaron fuera del Parlamento de Cataluña y del Congreso de los Diputados en sucesivas contiendas electorales y que arrastran un fardo de deuda de 19 millones de euros -cifras del partido-, recomiendan a sus militantes que voten en blanco porque ninguna candidatura recoge sus planteamientos.
Espadaler ha asegurado que el partido que lidera tiene futuro representando el espacio del «catalanismo centrado» que ahora, señala, se encuentra «roto» y huérfano de referentes. Para justificar la decisión de no concurrir a la contienda del 26-J, el ex consejero ha dicho que necesitan más tiempo para reconstruir ese espacio: «No podemos articular una propuesta electoral tan a corto plazo». Los democristianos pretenden tenerla preparada para las próximas elecciones al Parlamento de Cataluña, que está previsto que se celebren en otoño de 2017.
Los escindidos, también fuera de juego
Por su parte, Demòcrates de Catalunya, el partido fundado por los independentistas escindidos de Unió, no concurrirá al 26-J con Convergència, formación a la que había exigido la renuncia a sus siglas. CDC ha decidido presentarse esta vez en solitario y ni Demócratas ni tampoco Reagrupament, con las que formó la candidatura de Democràcia i Llibertad, liderada por Francesc Homs, en las elecciones del pasado 20 de diciembre, acompañarán en esta ocasión a los convergentes.
