El Servei Català de Trànsit (SCT) (Servicio Catalán de Tráfico) es el organismo de la Generalitat que vela por la seguridad aen las carreteras y vías públicas catalanas y que, en consecuencia, gestiona el cobro de las multas que se imponen a los automovilistas. El funcionamiento del SCT durante el ejercicio de 2012 ha sido sometido al análisis de los auditores de la Sindicatura de Cuentas, que acaba de hacer público el informe a su página web. El balance es demoledor.
La Sindicatura de Cuentas recuerda que, en el periodo analizado, el SCT tenía pautadas sus funciones y sus objetivos por el Plan de Gobierno 2011-14 y por el Plan de Seguridad Viaria 2011-13. En concreto, el programa OE6.5 fijaba que el importe de las multas recaudadas a los automovilistas sancionados se tenía que dedicar íntegramente a trabajos y proyectos de seguridad viaria. Por su parte, el objetivo OE6.6, de obligado cumplimiento, establecía que el 5% del presupuesto del SCT se tenía que destinar a estudios de I D I relacionados con la seguridad viaria.
De la documentación analizada por la Sindicatura de Cuentas se desprende que en 2012 el SCT ingresó un total de 92,7 millones de euros en multas pagadas por los ciudadanos. Pero, en vez de dedicarlos a la mejora de la seguridad viaria, como era su obligación, desvió un total de 67,4 millones a las arcas de la Generalitat para cubrir otras partidas presupuestarias. En cuanto al 5% que se tenía que dedicar a I D I, no hay ni rastro.
En el año 2012 se contabilizaron en Cataluña 23.368 accidentes de tráfico con víctimas. En total, hubo 336 muertos. En el periodo analizado por la Sindicatura de Cuentas, el presidente del SCT era el consejero de Interior, Felip Puig, y su director, Joan Aregio.
