Josep Maria Cullell, cesado como presidente del Tranvía

Tuvo que dimitir en 1994 como consejero de Política Territorial por un caso de tráfico de influencias en Sant Pere de Torelló
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En estos tiempos de limpieza y transparencia, la presencia de Josep Maria Cullell al frente de las dos empresas que explotan, gracias a la inyección de ingentes recursos públicos, las líneas de tranvía metropolitano de Barcelona era una anomalía que, finalmente, ha sido corregida. Desde el pasado día 13 de abril, Josep Maria Cullell ha sido cesado del cargo de presidente de las sociedades Tramvia Metropolità SA y Tramvia Metropolità del Besòs SA y en su lugar ha sido nombrado Francisco Vizcaíno.

Josep Maria Cullell fue, durante una época, la niña de los ojos de Jordi Pujol, que lo designó consejero de Política Territorial y Obras Públicas (1980-83), Economía y Finanzas (1983-87), líder de CDC en el Ayuntamiento de Barcelona (1987-93) y, nuevamente, consejero de Política Territorial y Obras Públicas (1993-94). Tuvo que dimitir de este cargo en el año 1994 después de que EL TRIANGLE destapara su participación en un «affaire» de tráfico de influencias para beneficiar a su cuñado, Joan Vilaró, en la recalificación de unos terrenos en el municipio de Sant Pere de Torelló (Osona). El escándalo fue monumental y provocó la creación de una comisión de investigación parlamentaria.

A pesar de su demostrada implicación en este «marro», Josep Maria Cullell es un caso paradigmático de las llamadas «puertas giratorias». Con posterioridad a su salida de la política activa, ocupó numerosos cargos en empresas concesionarias o adjudicatarias de contratos con la Generalitat. La presidencia de las empresas que explotan los tranvías del Baix Llobregat y del Besòs, que ocupaba desde el año 2011, era el último «premio» al hecho de que fuera pillado en un descarado «affaire» de corrupción política.

 

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