Dos agentes de los Mossos d’Esquadra se sientan en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Barcelona en el juicio del caso de Ester Quintana, la mujer que perdió un ojo el 14 de noviembre de 2012, durante la jornada de huelga general.
Se prevé que la vista en la que se quieren determinar las responsabilidades por esta lesión, que la Fiscalía atribuye a la orden innecesaria de un subinspector de los Mossos y al disparo de un escopetero a las órdenes de este, dure hasta abril. El Ministerio Público solicita dos años de prisión para ellos por lesiones por imprudencia grave, pero la abogada de Quintana pide nueve.
El Departamento de Interior, entonces dirigido por el consejero Felip Puig, descartó que la lesión de Quintana la hubiera producido una acción de los Mossos. A pesar de ello, Interior, que retiró en abril de 2014 las pelotas de goma, acabó indemnizando a la víctima con 260.931 euros en septiembre de 2015. Antes, la defensa de los Mossos acusados había admitido que la pérdida del ojo era el resultado del impacto de un proyectil disparado por la policía catalana, si bien también sostuvo que sus defendidos no eran responsables.
Según la abogada de uno de los Mossos, «otro agente hizo al menos un tercer disparo», además de las «dos salvas» que, según sostiene, el escopetero acusado efectuó en cumplimiento de las instrucciones de su superior. También señala que, por su posición, el escopetero no habría podido herir a Quintana. Según apunta la tesis de las abogadas de los Mossos, Quintana quedó tuerta por el impacto de una bala de espuma, y no de goma, que habría disparado un tercer agente no acusado.
