Los opositores de Jordi Eduardo Aubeso, el último presidente de la Federación Catalana de Fútbol Sala (FCFS), a quien acusaban de corrupción, han conseguido su objetivo de apartarlo del cargo.
Eduardo renunció el pasado viernes por la noche, la víspera del día previsto para la votación de una moción de censura contra él en una asamblea extraordinaria.
La junta gestora que dirigirá la FCFS las próximas semanas tiene un plazo de tres meses para convocar elecciones, de donde surgirán un nuevo presidente y una nueva junta directiva.
Lío en el fútbol sala
Cómo explicó EL TRIANGLE (núm. 1193, del pasado 13 de noviembre), el conflicto en la FCFS ha incluido denuncias en los tribunales por parte de los opositores contra Eduardo, a quien atribuyen varias irregularidades, como gastos privados no autorizados pagados con dinero de la Federación, sobre las que se abrieron diligencias.
El colectivo arbitral, en particular, decidió autogestionarse y denunció que el ex presidente de la FCFS les cobró «la mutual» sin haberles dado de alta. Los opositores apuntan que se había aferrado al cargo «para gastar el dinero e ir arreglando todas las irregularidades».
Eduardo, por su parte, llamó «fachas» a buena parte de sus opositores. Añadía que se infiltraban en organizaciones con «carácter claro de defensa nacional» para intentar desestabilizarlas.
Ex cargo del Tripartito
El dimitido presidente de la FCFS había trabajado en la Secretaría del Deporte cuando dependía de Josep-Lluís Carod-Rovira, pero fue destituido en 2008 cuando se reveló el «tono» poco institucional con que había presionado a clubes y regidores socialistas para que cedieran jugadores a la selección catalana. ERC lo reubicó en el CAR de Sant Cugat.
Eduardo sostiene que el entonces presidente José Montilla «recibió presiones» de Ciudadanos -partido que entonces sólo contaba con 3 diputados- y que lo echaron «por defender que las selecciones catalanas pudieran competir, a pesar de las trabas que ponían muchos de los actores implicados».
