El museo de Trias pincha

El polémico Museo de las Culturas del Mundo, uno de los grandes proyectos museísticos del gobierno municipal de CiU, inaugurado en febrero del 2015, sólo ha conseguido atraer a poco menos de un tercio de los visitantes previstos
mas rakosnik museu cultures
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El Museo de las Culturas del Mundo, el proyecto cultural estrella del gobierno Trias inaugurado a bombo y platillo en febrero del año pasado, ha resultado ser un fracaso. A punto de cumplir su primer aniversario y con una inversión de nueve millones de euros en vez de los cinco previstos inicialmente, este polémico museo ha confirmado lo que ya se intuía a los pocos meses de su apertura: se ha quedado muy lejos de las previsiones iniciales que situaban la cifra de visitantes en los 300.000 anuales. Por este espacio cultural han pasado durante 2015 unas 91.000 personas y casi la mitad lo hizo durante los dos meses de puertas abiertas. La media durante el resto del año no ha llegado ni a las 180 visitas diarias.

Así lo confirma el último balance del Año de los Museos. En el caso de los centros museísticos gestionados por el Instituto de Cultura de Barcelona, el ranking lo encabeza el Born Centre Cultural (1,5 millones) a pesar de haber sufrido durante el año pasado una reducción de un 20% de público. Le siguen el Museo Picasso, con un millón de visitas, el Castillo de Montjuïc (665.000), el Park Güell (525.000 ), el Museo de Historia de Barcelona (295.000), el Museo del Diseño (217.000), el Museo de Ciencias Naturales (180.000), el Monasterio de Pedralbes (77.000), el Museo de la Música (65.000) y el Museo Frederic Marés (40.000).

Críticas a raudales
El ambicioso proyecto museístico impulsado por el convergente Jaume Ciurana, entonces teniente de alcalde de Cultura, nació con mala estrella. Fue cuestionado desde el principio por la mayoría de la oposición debido al coste elevado que suponía para las arcas municipales, sobre todo teniendo en cuenta los estragos que la pérdida de público y de inversiones por la crisis económica han provocado en los equipamientos culturales ya existentes en Barcelona. Su apertura también fue muy criticada por gran parte de la comunidad académica al considerar el museo «anacrónico» por su visión etnocéntrica y colonialista, puesto que los objetos de las culturas africana, americana y asiática expuestos responden más al criterio occidental de obra de arte que a un criterio científico.

Una de las instituciones académicas más beligerantes con la apuesta de Trias fue el Instituto Catalán de Antropología (ICA), que no dudó en calificar de despropósito la construcción de un nuevo museo en la calle Montcada que clasificaba los objetos desde un punto de vista exótico más propio del siglo XIX que del siglo XXI.

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