La sucesora de Javier Faus como responsable del área económica del FC Barcelona, la vicepresidenta Sandra Monje, tiene un conflicto laboral nada convencional en los Estados Unidos.
En el litigio iniciado por un grupo de trabajadores, relacionado con despidos y con supuestos impagos de retribuciones, han desfilado los nombres de varias sociedades offshore controladas por Essentium, grupo que Monje preside: Arrakis Marine Limited (creada en el paraíso fiscal de Guersney), Nuberu Marine Limited (Isla de Man) y Nuberu Marine Malta Limited (Malta), entre otros.
Según publica Crónica Global, Monje admite que de Essentium cuelgan dos de las sociedades offshore citadas, pero niega las acusaciones de blanqueo de capitales apuntadas por los ex empleados. Señala que la actividad está «perfectamente auditada» y que se constituyeron por recomendación de la empresa gestora que trabaja para Essentium con el objetivo de administrar dos veleros de lujo de la compañía. La gestora, por cierto, también está radicada en la isla de Man y tiene oficinas en Malta y Guernesey.
«No se ha blanqueado ni un sólo euro porque, entre otras cosas, las empresas no han recibido más transacciones económicas que las estrictamente necesarias para pagar los emolumentos de esos empleados», según Monje explica al mismo diario digital. Los ex trabajadores han aportado a los tribunales nombres y datos fiscales de empresas offshore que les abonaron sus sueldos y señalan la existencia de «extrañas operaciones financieras» dirigidas por Essentium mediante estas sociedades. Monje dice que «Prescindimos de sus servicios porque no hacían bien su trabajo y lo único que pretenden es perjudicar nuestro buen nombre».
¿El caso Pujol?
Crónica Global, asimismo, revela que las sociedades offshore de Susana Monje están en el punto de mira de la UDEF en el marco de la investigación sobre los Pujol. En concreto, por una posible relación entre Essentium y algún miembro de la familia del expresidente de la Generalitat.
Además, el antiguo nombre de Essentium, Constructora Hispánica, fue salpicado por la trama Gürtel y una auditoría encargada por la familia de la vicepresidenta del Barça cuando fue adquirida la empresa detectó graves irregularidades contables. Los Monje tuvieron que consignar 700.000 euros, relata Crónica Global, para evitar una invención judicial de la empresa y Susana Monje se querelló contra el anterior accionista mayoritario.
