El presidente en funciones de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, ha aprovechado la presentación en Barcelona de la candidatura de Democràcia i Llibertat al Congreso de los Diputados para empezar a enterrar su partido, Convergència Democràtica de Catalunya (CDC): «para crear un país nuevo se necesitará un partido nuevo».
La nueva formación, según el planteamiento que ha dado a conocer Mas este fin de semana, tiene que aspirar a concentrar las tres corrientes que han configurado «el tronco central del catalanismo» durante los últimos años, aglutinando democristianos, liberales y socialdemócratas. La «mejor semilla», interpreta, es precisamente Democràcia i Llibertat, la lista encabezada por Francesc Homs con la que CDC concurre a las elecciones del 20 de diciembre, acompañada de Reagrupament y de Demòcrates de Catalunya, la escisión independentista de Unió.
Siguiendo con la metáfora del árbol, Mas plantea que «a principios del año que viene empiece a florecer un árbol en Catalunya en forma de partido político».
CDC, cuyo logo fue precisamente un árbol en sus inicios, con Jordi Pujol al frente, tiene los días contados en el marco del ‘proceso’ independentista y rodeado por casos de corrupción como el del 3%.
