La rebaja de la calificación creditícia otorgada por la agencia de rating Fitch a Catalunya, situada ahora en el ‘bono basura’, ha coincidido con la resolución con la que la mayoría del Parlamento catalán ha aprobado el proceso de desconexión de España en una semana marcada, en el sector privado, por varios traslados notables hacia Madrid.
El Banco de Sabadell ha decidido celebrar la próxima reunión de su consejo de administración en la capital española. Oficialmente, la decisión se explica con la inauguración de una nueva sede corporativa, si bien, según publica El Confidencial Digital, la entidad tiene como objetivo crecer y consolidarse en Madrid.
Más significativo es el movimiento de Suez, socio de Caixabank y amo de Agbar, que ha decidido trasladar definitivamente a Madrid su sede corporativa, ubicada desde hacía años en Barcelona. La multinacional francesa ha efectuado el discreto movimiento aprovechando la absorción y extinción de su filial Aguas de Levante, Servicios Compatidos SAU, pero se relaciona la motivación del traslado con el contexto político catalán.
Por otro lado, el nuevo proyecto de una de las figuras mediáticas catalanas, Andreu Buenafuente, se desarrollará en el municipio madrileño de Tres Cantos, ha revelado El Confidencial Digital. La incorporación del presentador a Movistar comportará, según la misma información, abandonar las instalaciones de El Terrat en Sant Just Desvern.
Los datos publicados en mayo por la agencia de rating española Axesor señalaban que Catalunya era, con mucha diferencia, la Comunidad Autónoma que presentó en 2014 el peor resultado si se compara cuántas empresas se domiciliaron en su territorio procedentes de otros territorios del Estado y cuántas marcharon. 987 empresas abandonaron Catalunya el año pasado hacia otros lugares de España, 446 de ellas hacia Madrid. El saldo catalán con relación a España en este apartado es de -385 y con relación a Madrid, de -170. Este saldo sólo es favorable respecto a la Comunidad Valenciana y Andalucía.
No hacia Madrid, sino hacia Dublín, ha ‘volado’ recientemente el 75% del negocio del grupo de hemoderivados Grifols, que preside Víctor Grífols, uno de los pocos empresarios importantes que alentó públicamente al presidente Artur Mas para que sacara adelante la consulta del 9N.