Tres días antes de las elecciones del 27-S, la convergente Imma Riera ha comunicado que deja su escaño en el Congreso de los Diputados.
El próximo martes, Imma Riera será nombrada secretaria general de la Cámara de Comercio de España en sustitución de Javier Carretero, que dimitió en junio pasado.
Su nombramiento ha sido a propuesta del presidente de la Cámara de Comercio de España y del grupo Freixenet, José Luis Bonet, del cual son conocidas sus posiciones en contra de la independencia de Catalunya. La designación de Riera habría sido imposible sin el beneplácito del Partido Popular.
En un comunicado, Convergència atribuye la renuncia al escaño de Riera a «razones personales» y niega que discrepe del proceso independentista. Sin embargo, resulta obvio que no se nombrará una independentista catalana como secretaria general de la Cámara de Comercio de España.
En círculos políticos se apunta que Imma Riera se ha buscado una salida personal porque, a punto de cumplir 56 años, no tenía garantizada su presencia en las listas en las próximas elecciones generales y, por lo tanto, su continuidad como diputada. Riera se verá ahora obligada a renunciar al lugar que ocupa en el comité ejecutivo de Convergència.
Según la declaración de patrimonio que presentó en 2011 en el Congreso, a Imma Riera le quedan para pagar dos hipotecas, correspondientes a su vivienda habitual en Barcelona y a una segunda residencia en las comarcas gerundenses, por un importe conjunto de 237.164 euros.
El año 1997 subscribió una hipoteca con Bankinter por 225.000 euros, de los cuales hace cuatro años todavía tenía pendiente de pago 161.333 euros y, el 2004, coincidiendo con la compra de la segunda residencia junto con su esposo, contrató una segunda hipoteca, también con Bankinter, de 108.267 euros, de los cuales le quedan para pagar 75.531 euros, segun los datos que declaró en el Congreso de los Diputados en 2011.
