¿Por qué puerta saldrá Artur Mas?

Nadie sabe qué pasará después de las elecciones del día 27. Si escuchas a unos, Catalunya sufrirá un desastre bíblico, un enfrentamiento y una fractura sociales que hará imposibles las comidas de Navidad o la convivencia familiar normal. Si escuchas a otros, Catalunya será un paraíso, donde sobrará dinero para subir sueldos y pensiones y un catalán presidirá la Comisión Europea dentro de cuatro días.

El actual presidente de la Generalitat, Artur Mas, que tiene todos los números para seguir siéndolo después de la formación del nuevo Parlamento, tampoco sabe, a ciencia cierta, qué le deparará el futuro inmediato.

¿Qué debe pasar por su cabeza, a estas alturas? ¿Tiene línea directa con el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, para saber cómo piensa reaccionar a una declaración independentista a las primeras de cambio? Si no es así, Mas debe estar de lo más angustiado. Se ha quedado al frente de un proyecto, sin un partido detrás que lo sustente si la realidad se tuerce. Si da un paso al lado, su sustituto no será Josep Rull o Jordi Turull. Oriol Junqueras, Carme Forcadell, Muriel Casals o Raül Romeva tienen más papeletas para ocupar el cargo que deje vacante.

Mas tiene muy cerca su sexagésimo aniversario. Más que de puertas giratorias y de si lo contratará la multinacional de hemoderivados Grifols, el actual presidente puede empezar a pensar en la jubilación. Y los presidentes de la Generalitat tienen una buena si no hacen tonterías como Jordi Pujol.

Entre foto y foto juntando las manos con Romeva, Casals, Bel, Forcadell o Reyes, Artur Mas seguro que se plantea cuándo y cómo saldrá y por qué puerta. Una puerta, la que preferiría, es la de ser reconocido como quien lideró Catalunya hacia la independencia.

La otra es pequeña y se abre tras el fracaso del proyecto secesionista y la destrucción de su partido y nos lo presenta escribiendo libros de memorias de ésos que no explican nada que no se sepa.

¿Qué protagonismo tendrá Mas en el nomenclátor catalán de los próximos años? Según como vayan los próximos meses, su nombre figurará en más o menos placas. En cualquier caso, es de prever que, por mal que le vayan las cosas, estará mucho más presente en las calles y plazas de Catalunya que su predecesor y maestro Jordi Pujol.

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