Artur Mas sabe que su vida política cuelga del silencio de Daniel Osàcar, el discreto y fiel «sirviente» que conoce todos los secretos de la financiación irregular de Convergencia Democrática (CDC) de los últimos 15 años. Oficialmente, presentó su dimisión como tesorero del partido a finales de 2010, arrastrado por el escándalo del Palau de la Música, pero las investigaciones que dirige el juez del Vendrell sobre el tráfico económico entre la empresa Teyco y el exalcalde de Torredembarra, Daniel Massagué, han constatado que Daniel Osàcar continúa ocupando un despacho en la sede de la calle Córcega y desarrollando una tarea cotidiana en las «cloacas» del partido.
El pasado 28 de agosto, la Guardia Civil se presentó en el domicilio de Daniel Osàcar siguiendo el rastro de los correos electrónicos que intercambiaba con Jordi Sumarroca (Teyco). Pero el extresorero les explicó que el ordenador desde el cual trabajaba estaba en el despacho que compartía con Xavier Trias en la sede central de CDC y esto precipitó la decisión de los fiscales anticorrupción de ordenar el registro de Córcega, 331.
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