Cuando la Generalitat de Catalunya sumó a Boí-Taüll a su lista de estaciones de esquí ‘nacionalizadas’, en 2014, culminó una operación de rescate que había inyectado abundantes fondos públicos para mantener viva la estación.
La empresa pública Avançsa adquirió entonces los activos de Promocions Turístiques de la Vall , la sociedad gestora. En esta operación, una especie de dación en pago, la Generalitat recibió la propiedad pero no la gestión, que quedó en manos de Promocions Turístiques de la Vall, filial de la inmobiliaria Nozar, que se reservaba una futura opción de compra.
A pesar de la buena temporada de nieve, Promocions Turístiques de la Vall no ha hecho frente a los 75.000 euros que tenía que pagar este año antes del 30 de junio por la explotación de Boí-Taüll y, según el plan de viabilidad de la estación, publica Crónica Global, la Generalitat puede rescindir el contrato con la gestora y abrir la concesión.
Según la misma información, el Gobierno catalán no ha tomado todavía una decisión, y los trabajadores, que han sufrido varios ERE, no confían en la capacidad de Promocions Turístiques de la Vall para enderezar la situación.
La plantilla ha desconvocado este lunes su huelga indefinida después de haber cobrado el sueldo correspondiente al mes de junio, pero ha avisado que convocarán paradas si no reciben la nómina de julio antes del 10 de agosto. Los trabajadores consideran que la dirección de Promocions Turístiques de la Vall los utiliza como «escudo humano» para negociar préstamos con la Generalitat y quieren que el Gobierno catalán asuma la gestión del complejo.
Boí-Taüll no forma parte del puñado de estaciones ‘nacionalizadas’ por la Generalitat que cuelgan accionarialmente de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC).
