Unió Democràtica de Catalunya (UDC) ha expedientado a ocho de sus militantes y altos cargos, entre ellos la vicepresidenta del Parlamento catalán, Núria de Gispert, y la cabeza visible del sector independentista y crítico con la dirección, Antoni Castellà.
La decisión, adoptada por 16 votos a favor, 10 en contra y dos abstenciones, afecta también a Assumpció Laïlla, Pep Martorell, Marta Vidal, Mercè Jou, Elena Ribera y Joan Recasens. El secretario general de Unió, Ramon Espadaler, la ha justificado declarando que «no se puede defender públicamente el programa ni pedir el voto para candidatos de otro partido», en clara referencia a la adhesión al presidente y previsible candidato de Convergencia Democràtica, Artur Mas.
Partido roto
Castellà, por su parte, ha manifestado que «se certifica la ruptura del partido» y ha anunciado que los impulsores de la plataforma de los independentistas de Unió, Hereus UDC 1931, estudiarán si la convierten en una «nueva opción política«.
«Podían haber optado por el diálogo y haber celebrado un congreso para debatir con la militancia y la respuesta ha sido la suspensión de militancia», ha reprochado Castellà a la cúpula del partido.
De Gispert, estrella del vodevil
El conflicto interno en Unió había dado lugar a un episodio insólito el último fin de semana: el partido ha empezado a tramitar la baja como militante de De Gispert, que decía que no la había solicitado. La presidenta del Parlamento de Catalunya, principal cargo institucional del partido y una de las más relevantes figuras opuestas a la posición oficial de la formación sobre el ‘proceso’ soberanista, sostiene que no había pedido la baja ni ningún reintegro de cuotas pagadas al partido, y que sólo había pedido a la gerencia de UDC no hacer más aportaciones mensuales como alto cargo institucional.
La versión de los hechos de Unió, que había decidido tramitar su baja como militante, es otra. Este domingo, La Vanguardia ha publicado que De Gispert y toda su familia habían pedido la baja del partido. En esta información se incluía un correo electrónico donde la presidenta del Parlamento decía que «a partir del mes de julio no haré la aportación al partido como alto cargo ni los pagos que como militante de base iba haciendo».
En este correo, De Gispert expresaba que «Lamento muchísimo el que ha pasado en Unió en las últimas dos semanas, pero ya no hay vuelta atrás». Esta última expresión -escrita en castellano en un texto en catalán- ha sido remarcada en el comunicado con el que Unió explicaba que entendía que De Gispert había tomado una decisión irrevocable que la formación tenía que tramitar como baja de militancia.
La Intercomarcal
Para más inri, la Intercomarcal de Unió en Barcelona ha explicado este domingo por la tarde que todavía consideraba a De Gispert como militante. Aducía que había pagado la cuota correspondiente a 2015 y que «la presidencia de la Intercomarcal de Barcelona no se sentirá informada de la tramitación de la baja de Núria de Gispert y hasta nuevo aviso de la propia afectada, constará como militante de la Intercomarcal de Barcelona-ciudad».
