Después de varias visitas, fruto de las quejas de algunos internos, el juez de instrucción número 1 de Barcelona ha decidido conceder unas mejoras a las personas que se encuentran en el Centro de Internamiento de Extranjeros situado en la Zona Franca.
Una de las quejas era que los internos, en ocasiones, «perdían la noción del tiempo» porque les sacan los relojes cuando entran y porque no hay ningún reloj de pared en el Centro. El magistrado acuerda que se coloquen en las zonas comunes y prohíbe que se les saquen las pertenencias «excepto cuando puedan suponer un peligro para la seguridad física» del mismo interno u otros.
Las comunicaciones también mejorarán a raíz de la interlocutoria judicial que obliga a los responsables del CIE a permitir a los internos usar sus teléfonos móviles, y no tener que hacer colas para utilizar el fijo. También se instalarán más fijos en el Centro.
Otro acuerdo permitirá que no se agote la capacidad de la celda y que los internos se puedan distribuir «lo más ampliamente posible» por los varios módulos del Centro.
Finalmente, ante las constataciones que se ha denegado a algún interno pruebas médicas por no tener tarjeta sanitaria, también se acuerda indicar a las autoridades del ramo que tienen la obligación de realizar las pruebas y tratamientos aunque el interno no tenga tarjeta.
